Los sobrantes de desballestamientos, renovación de estructuras metálicas, chatarra o mermas industriales, por citar algunas, son las principales fuentes del metal.
El reciclado de los metales contribuye de manera primordial a no empeorar los niveles de contaminación ya que, al reciclar la chatarra, se reduce la contaminación del agua, aire y los desechos, en un 70%.